Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Juan 3, 1-14

1 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios,
pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo
que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal cual es.

3 Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como
él es puro.

4 Todo el que comete pecado comete también la iniquidad, pues el
pecado es la iniquidad.

5 Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay
pecado.

6 Todo el que permanece en él, no peca. Todo el que peca, no le ha
visto ni conocido.

7 Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo,
como él es justo.

8 Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el
principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.

9 Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado porque su germen
permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.

10 En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo
el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no
ama a su
hermano.

11 Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos
amemos unos a otros.

12 No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y

¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de
su
hermano eran justas.

13 No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.


14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque
amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte.